La eyaculación precoz es la incapacidad o falta de control por parte del hombre para posponer un orgasmo, independientemente del tiempo que tarde en eyacular. Los trastornos o disfunciones de la eyaculación son los más frecuentes entre los hombres.

De entre los problemas de eyaculación el más frecuente es el de "eyaculación precoz", pero otros problemas, como la "eyaculación retardada" o la falta de eyaculación, aunque menos frecuentes son así mismo importantes. El problema de la eyaculación precoz consiste en que el hombre eyacula con excesiva rapidez durante la interacción sexual, bien por eyacular tras el juego inicial antes incluso de llevar a cabo la penetración, o bien por eyacular inmediatamente después de la introducción del pene en la vagina, con o sin la realización de algunos movimientos.Los efectos negativos más directamente implicados en la eyaculación precoz, además de la reducción en el tiempo del disfrute sexual para la persona que lo presenta, se centran sobre todo en que impide la realización del coite o reduce su duración, de forma que dificulta la satisfacción sexual de la mujer.

La eyaculación precoz es un trastorno es más frecuente de lo que muchos creen y alcanza uno de cada tres hombres, pero lo más grave está en que no es reconocido por la gran mayoría de ellos. La eyaculación precoz no es una enfermedad, sino que una falta del aprendizaje de las sensaciones placenteras en la respuesta sexual del hombre, que lleva a no reconocer el momento previo a la eyaculación inminente (es el paso de la fase de meseta a la fase de emisión), que posibilita en prolongar el acto sexual. No se han encontrado causas médicas que produzcan eyaculación precoz, ya que rara vez están presentes procesos infecciosos en los genitales o malformaciones anatómicas en la glándula prostática que den cuenta de este trastorno.

Frecuencia de aparación de la eyaculación precoz

La eyaculación precoz es una disfunción muy frecuente en los hombres, calculándose que entre un 20 y un 40 % de estos la padecen o han padecido alguna vez. La eyaculación precoz puede ser un trastorno permanente o aparecer de forma esporádica, siendo lo segundo más frecuente. Para que se considere eyaculación precoz como disfunción debe apararecer al menos en el 25 % de las interacciones sexuales.

Causas de la eyaculación precoz

Es muy raro que la eyaculación precoz esté producida por causas orgánicas, aunque en algunos casos enfermedades locales de la uretra posterior (por ejemplo, prostatitis), o trastornos neurológicos degenerativos (por ejemplo, esclerosis múltiple), entre otras, pueden facilitar su aparición. Por eso, siempre que aparecen problemas de eyaculación precoz se buscan fundamentalmente causas psicológicas.

Tras unas primeras ocasiones en que ha aparecido la eyaculación precoz debido a estas causas, es fácil que se haya aprendido a asociar la eyaculación precoz a las situaciones de interacción sexual. Una vez que se ha aprendido un reflejo eyaculatorio rápido , dado que éste es automático, es dificil conseguir controlarlo de forma voluntaria, por lo que cuando ya se ha establecido el problema no es fácil que se cure de forma espontánea. Medidas populares como la de distraerse durante la interacción sexual o pensar cosas desagradables para afrontar la eyaculación precoz, no solamente no son eficaces, sino que además pueden deteriorar de forma importante la calidad de la relación sexual.

Es muy frecuente que la eyaculación precoz sea una conducta aprendida por el hombre al llevar a cabo interacciones sexuales (coitales o masturbatorias) en condiciones en las que se veía urgido a eyacular con rapidez (disponía de poco tiempo, estaba en un lugar en el que podía ser sorprendido, su compañera le exigía velocidad, en contactos con prostitutas, etc.). También es frecuente que la realización de actividades sexuales en situaciones de estrés o ansiedad hayan facilitado la aparición de eyaculación precoz.